Técnicas de estudio
Lectura comprensiva
Ya han visto la importancia de contar con el desarrollo de un buen plan de trabajo que organice de manera eficiente el tiempo dedicado al estudio. Aquí verán que si a ese recurso le suman una buena lectura de los textos, los avances en el desarrollo de hábitos de estudio eficaces serán notorios.
Los expertos consideran que entre un 80 y un 90 por ciento de la información que recibimos nos llega a través de la lectura, por lo cual, independientemente de que esté o no enfocada al estudio, es indispensable convertirse en un buen lector.
La lectura no es una actividad neutra, involucra al lector y a una serie de relaciones complejas con el texto. La pedagogía, ciencia que se dedica al estudio de la educación, aborda como uno de sus objetos de interés los procesos de enseñanza y aprendizaje de la lecto-escritura, las dificultades que entraña y las habilidades que resultan necesarias para una lectura eficaz.
Desde los primeros jeroglíficos dibujados hace cinco mil años hasta el desarrollo del libro digital al que asistimos actualmente, la lectura ha pasado por distintas etapas, persiguiendo siempre un mismo objetivo: decodificar el significado que un texto escrito intenta trasmitir.
La lectura no es una actividad pasiva, en cuanto es el lector quien completa el sentido del texto escrito al relacionarlo con saberes anteriores. Nunca un mismo texto escrito significa lo mismo para dos lectores. Pero si además la enmarcamos en los procesos de aprendizaje y, concretamente, en los procesos de estudio, la lectura es el medio más utilizado para la adquisición de conocimientos, es decir: enriquecer la visión de la realidad, aumentar la capacidad de pensamiento y facilitar la capacidad de expresión.
La lectura es una de las vías de aprendizaje del ser humano más antigua y juega
un papel primordial en el trabajo intelectual.
En los procesos de estudio, la lectura se vuelve mucho más activa y equivale a pensar, a relacionar, a comprender.
En ese sentido, saber leer significa identificar las ideas básicas, captar los detalles más relevantes y relacionarlos con saberes previos.
Si bien existe una gran cantidad de técnicas de lectura, veremos aquí algunas de
ellas para detenernos finalmente en la lectura comprensiva, que es a la que realmente nos interesa apuntar.
Técnicas convencionales
Comenzaremos por mencionar algunas técnicas convencionales de lectura, cuyo
objetivo es maximizar la comprensión. Entre ellas se encuentran la lectura secuencial, la lectura intensiva y la lectura puntual.
La lectura secuenciales la forma común de leer un texto: el lector lee desde el principio al fin, sin repeticiones u omisiones.
En la lectura intensiva, el objetivo es comprender el texto completo y analizar
las intenciones del autor. No es un cambio de técnica, sino de la actitud del lector:
analiza el contenido, la lengua y la forma de argumentación del autor.
En la lectura puntual, el lector solamente lee los pasajes que le interesan. Esta técnica sirve para absorber mucha información en poco tiempo.
Técnicas enfocadas a la velocidad de la lectura
La velocidad en la lectura normal depende de los fines, y su unidad de medida se
expresa en palabras por minuto (ppm). Existe un parámetro aproximado de acuerdo con el fin que se persigue al utilizarla:
Para memorización: menos de 100 ppm
Lectura para aprendizaje: 100-200 ppm
Lectura de comprensión: 200-400 ppm
Lectura veloz:
informativa: 400-700 ppm
de exploración: más de 700 ppm
La lectura veloz es útil para procesar superficialmente grandes cantidades de texto, pero no asegura un nivel mínimo de comprensión.
Cada texto requerirá de nosotros diferentes niveles de atención –y por consiguiente, los leeremos con mayor velocidad, o más cuidadosamente–: textos con una
carga conceptual grande, y de una materia que no nos es familiar nos exigirán una
lectura más atenta.
Entre las técnicas de lectura que buscan mejorar la velocidad, están la lectura diagonal y el scanning.
En la lectura diagonal el lector solamente lee pasajes especiales de un texto, tales como títulos, la primera frase de un párrafo, palabras acentuadas tipográficamente (negritas), párrafos importantes (resumen, conclusión) y el entorno de términos sustanciales, tales como fórmulas (2x+3=5), listas (primer, segundo,...), conclusiones (por eso) y términos técnicos (costos fijos).
Se llama lectura diagonal porque la mirada se mueve rápidamente de la esquina
de arriba a la izquierda a la esquina de abajo a la derecha. De ese modo es posible
leer un texto muy rápidamente a expensas de detalles y comprensión del estilo.
Esta técnica es usada especialmente al leer páginas web.
Por su parte, el scanninges una técnica para buscar términos individuales en un texto, basada en la teoría de identificación de palabras comparando sus imágenes.
El lector detecta a modo de imagen una palabra clave en el texto y después mueve la mirada rápidamente sobre el texto buscando dicha palabra clave.
Lectura comprensiva
Ya vieron algunas técnicas específicas de lectura, ahora repasemos algunas actitudes generales a tener en cuenta cuando lean para estudiar:
Centrar la atención en lo que se está leyendo, sin interrumpir la lectura con preocupaciones ajenas al libro.
Tener constancia: el trabajo intelectual requiere repetición e insistencia.
Mantenerse activo ante la lectura. Es preciso leer, releer, extraer lo importante, subrayar, esquematizar, contrastar, preguntarse sobre lo leído con la mente activa y despierta.
No adoptar prejuicios frente a ciertos libros o temas a leer. Esto posibilita
profundizar en los contenidos de forma absolutamente imparcial.
No quedarse con la duda cuando en la lectura aparecen datos, palabras,
expresiones, cuyo significado desconocen. Esto bloquea el proceso de aprendizaje. Por tanto, busquen en el diccionario aquellas palabras que no conozcan.
Cuando la lectura incorpora todas estas consideraciones y apunta a ser una herramienta de estudio, se convierte en lectura comprensiva, ya que busca la obtención de una visión analítica del contenido del texto, en contraposición con una lectura mecánica.
La lectura comprensiva tiene por objeto alcanzar la interpretación y comprensión crítica del texto. En ella, el lector no solo decodifica el mensaje, sino que además lo interroga, lo analiza, lo critica y lo incorpora a sus conocimientos.
Lectura comprensiva y lectura mecánica
La diferencia entre la lectura comprensiva y la lectura mecánica que mencionamos
en el punto anterior radica en la actitud que se adopta: una actitud analítica frente
a una actitud sintética y general. En el primer caso, existe intención de interpretar
el texto con rigor y objetividad, mientras que en el segundo caso, existe simplemente una aproximación al texto, en el que no se profundiza.
La lectura mecánica es la que se desarrolla comúnmente al leer cualquier libro por placer, por entretenimiento, de vacaciones o en cualquier otra situación que no requiera de una especial atención o retención de detalles.
Visto desde otra perspectiva, puede afirmarse que la lectura mecánica y la lectura
comprensiva no se excluyen; usualmente antes de enfrentar un texto desde la
perspectiva de la lectura comprensiva, el lector lo aborda mecánicamente, por lo que podemos decir que existe entre ambas una relación complementaria.
En este sentido, la primera lectura que se hace de un texto es una lectura mecánica, general, global para identificar los apartados y las ideas más importantes (ver los títulos, subtítulos, palabras en negrita, ilustraciones).
Recién en una segunda aproximación al texto, se introduce la lectura comprensiva.
Mediante la lectura comprensiva de un texto el lector se plantea los siguientes
interrogantes:
¿Qué tema trata?
¿Cómo lo hace?
¿Cuál es la importancia de conocer este tema?
¿Qué sé de este tema?
¿Conozco el vocabulario?
¿Cuál o cuáles ideas principales contiene?
¿Cuál o cuáles ideas secundarias presenta?
¿Qué tipo de relación existe entre las ideas principales y las secundarias?
Para una lograr una correcta lectura comprensiva, es fundamental contar con un diccionario donde puedan encontrar la definición de las palabras del texto que desconozcan. Pueden consultar en línea el diccionario de la Real Academia Española.
No pasar por alto los términos desconocidos y buscarlos en el diccionario permite,
además de que esos términos antes desconocidos puedan ser incorporados a los
saberes con los que cuentan, tener un vocabulario más amplio y más rico, disponer
de más de un término para expresar un mismo significado.
En su texto La importancia de la lectura comprensiva, Ana Grant considera que:
Leer comprensivamente es leer entendiendo a qué se refiere el autor con cada una de sus afirmaciones y cuáles son los nexos profundos de los que ni siquiera el propio autor se percató.
La autora también considera que hay distintos niveles de comprensión. Veamos
cada uno de ellos:
a) Comprensión primaria: es la comprensión de las afirmaciones simples. En este nivel, suele generar dificultades la falta de vocabulario; simplemente no sabemos qué dice el autor porque no conocemos el sentido de la palabra que emplea. Esto se soluciona fácilmente recurriendo al diccionario.
b) Comprensión secundaria: es la comprensión de los ejes argumentativos del autor, de sus afirmaciones principales, de sus fundamentos y de cómo se conectan las ideas. En este nivel, los fracasos pueden tener por causa la no distinción entre lo principal y lo secundario. Es muy común que el lector se quede con el ejemplo y olvide la afirmación de carácter universal que este venía a ejemplificar. También dificulta la comprensión secundaria la falta de agilidad en el pensamiento lógico. El lector debe captar los nexos que unen las afirmaciones más importantes del texto. Al hacerlo, está recreando en su interior las relaciones pensadas por el propio autor. Esto supone en el lector el desarrollo del pensamiento lógico. Por ello, un escaso despliegue de este tipo de pensamiento dificultará o incluso impedirá la lectura comprensiva en este nivel.
c) Comprensión profunda: es la comprensión que supera el texto, llegando
a captar las implicancias que el mismo tiene respecto del contexto en que fue escrito, del entorno en que es leído. Esta comprensión implica un conocimiento previo más vasto por parte del lector.
Cuanto mayor sea el bagaje de conocimientos con que el lector aborde el texto, tanto más profunda podrá ser su comprensión del mismo. Pueden dificultar el pasaje al nivel profundo de comprensión la falta de cultura general o de conocimientos específicos (relacionados con la materia de la que trata el texto). También obstaculiza este paso la carencia de criterio personal y de espíritu crítico.
Para lograr una lectura comprensiva eficaz es necesario que se activen en el lector procesos de relación de conocimientos: lo nuevo debe poder vincularse con algún aspecto de lo ya conocido. Por esto mismo, es muy productivo contar con un amplio “archivo” de conocimientos o saberes previos.
Para ello Grant aconseja:
Leer periódicamente libros de estudio, de literatura, revistas o diarios.
Adquirir más vocabulario, ayudándose para ello con el diccionario (la misma lectura nutre de conceptos al lector sin que este se dé cuenta de ello).
Ejercitar el pensamiento lógico, ya sea mediante el estudio de la lógica o la matemática, los juegos de ingenio o la práctica del ajedrez.
Ampliar la propia cultura general, adquiriendo un conocimiento básico suficiente sobre la historia y sus etapas, sobre la geografía del propio país y del mundo, sobre las distintas ideas políticas y religiosas, etc.
Desarrollar el espíritu crítico, definiendo la propia escala de valores y juzgando desde ella las afirmaciones de terceros.
La lectura comprensiva debe ser una práctica habitual, continua y transversal en el aprendizaje de los contenidos de todas las áreas.
La comprensión es una condición para el aprendizaje significativo, por tanto la comprensión de los textos es el primer paso para que los alumnos entiendan, relacionen, asimilen y recuerden los conceptos específicos de cada área.
La lectura comprensiva tiene diferentes etapas relacionadas entre sí pero que abarcan distintas áreas del conocimiento y diversas técnicas de ejercitación.
Se deben acostumbrar a leer en detalle, a buscar la idea principal y la información específica. Cuanto más practiquen con diferente material –por ejemplo, periódicos y artículos de revistas, propagandas, folletos, instrucciones, cuentos, etcétera– en mejores condiciones se encontrarán. Esto los ayudará a enriquecer su vocabulario, y desarrollará su rapidez para leer.
Al implementarse la lectura comprensiva de la que nos venimos ocupando, se espera que los estudiantes:
Comprendan los textos que leen (identifiquen el contexto de enunciación, esto es, la posición enunciativa de los interlocutores, los ejes espacio-temporales, el tipo de texto, el propósito) y las consignas dadas.
Lean para recabar información específica.
Reconozcan las características de los textos (cartas, postales, artículos periodísticos, cuentos, etcétera.).
Comprendan y reflexionen acerca de la distribución de oraciones y párrafos, el valor de los conectores y el uso de los signos indicadores de la puntuación.
En síntesis, la lectura comprensiva pone en juego el razonamiento y el análisis. La práctica sostenida de este tipo de lectura puede incidir en la ortografía más que todas las reglas ortográficas. Leer es clave para aprender y para estudiar.
Extraído: Cuaderno 3: Lectura comprensiva 2 Fascículo 7 http://competenciastic.educ.ar
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